NO DEJARSE MANIPULAR


Confíe en su intuición para que no le manipulen

La mejor arma para no dejarse influenciar es la confianza en uno mismo y en su propio instinto. Antes de hacer caso a los demás, hay que escuchar lo que nos dice nuestra pequeña voz interior; se merece que le prestemos atención porque nos permitirá relativizar y aislarnos para reflexionar con conocimiento de causa sobre nuestra opinión más profunda.

Si aceptamos o rechazamos una idea debemos hacerlo teniendo en cuenta única y exclusivamente nuestra opinión. Somos los más indicados para saber qué queremos y qué es lo que más nos conviene.

Aceptar las diferencias

Es inútil malgastar energía queriéndonos parecer a tal o cual persona que siempre lo hace todo bien: la hermana a la que toda la familia adula, el compañero que pisotea al resto a favor de sus éxitos profesionales, el amigo que atrae todas las miradas, etc.

Dejémonos de sentirnos manipulados y heridos; nosotros también tenemos nuestras cualidades. Lo único es que no sabemos sacarles tanto provecho como hacen los demás y, a menudo, no somos ni conscientes de ellas.
Así que saquemos “la fiera” que llevamos dentro porque todos llevamos algo nuestro, algo que nos hace diferentes y… ¡únicos!

Hay que empezar por escucharse a una mismo y comprender qué queremos realmente. Somos nuestro propio juez y antes de ver la perfección en los demás y creer todo lo que opinan, debemos valorar nuestros propios recursos y ser dueños de nuestras ideas.

Afirmarse ante la manipulación

Tenemos cierta tendencia a rebajarnos y a aceptar la mayoría de cosas procedentes de alguien que nos «impresiona» y que, inconscientemente, nos manipula. ¡Hay que salir de esa dinámica!

Hay que imponerse y decir «no» cuando la situación lo requiera, se trata incluso de un buen modo de ganarse el respeto del entorno.
Pero exige, igualmente, tomar conciencia de que no podemos gustar a todo el mundo. Rechazar a un enemigo con un tono firme y decidido, sin agresividad y sin excusas nos aporta, al fin y al cabo, satisfacción y valor.

Atención a los días

Hay días en los que nos sentimos más cansados y, por lo tanto, nos mostramos más vulnerables a la presión de los manipuladores.

Nos arriesgamos a dejarnos embriagar por los comentarios del momento o a decir «amén» a todo tipo de afirmaciones. Lo mejor es huir; no vale la pena lanzarnos a proposiciones que no van con nosotros y de las que podemos arrepentirnos en seguida.
Hay que ser íntegros y mantenerse al mismo nivel que nuestro interlocutor, ¡sea quien sea!

Fuente: EnFemenino.com

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