NAVIDADES EN PAZ Y ARMONÍA


Las Navidades son una época entrañable de amor y entrega, pero para muchas personas son también unos días de tristeza y conflictos. ¿Qué hacer para que estas Navidades sean perfectas?

La estrategia más adecuada para controlar el estrés navideño y evitar que desgaste y agobie, depende de la actitud con que se afrontan estas fechas e, incluso, del tipo de personalidad. Cuánto más exigente es una persona consigo misma y sus resultados, mayores niveles de estrés tiende a sufrir, explicó la psicóloga clínica María de los Ángeles Barja. Una forma de reducir ese agobio consiste en “educar”: por ejemplo hay que enseñar a los hijos a decorar el arbolito, servir la mesa o envolver los regalos, para que participen en estas fechas tan especiales. Si se equivocan, ¡no pasa nada!: para aprender a caminar debieron caerse y levantarse cientos de veces, igual que le ha ocurrido al controlador”, señala Barja.


LOS CONFLICTOS FAMILIARES

En diciembre la soledad, los problemas familiares, las envidias, los celos y otros sentimientos negativos provocan que la venta de antidepresivos aumente hasta un 40% en estas fechas. En Navidad el encuentro con los familiares cercanos implica siempre un cierto grado de tensión porque rara vez se celebran como uno pensaba.

Ana Berástegui Pedro-Viejo, investigadora del Instituto Universitario de la Familia de la Universidad Pontificia Comillas, enumera tres tipos de conflictos familiares en estas fechas:
  • Los conflictos permanentes: vigentes durante el resto del año, pero que entran en contraste con lo esperado de estas fechas. Por lo general, en Navidad se vive con mayor intensidad y dolor lo que en otro tiempo se considera un enfrentamiento cotidiano.

  • Conflictos propios de estas fechas: dado que los festejos navideños enfrentan a todas las familias a una serie de tareas y decisiones que también pueden resultar complejas, relacionadas con el lugar donde juntarse para comer y cenar, quiénes serán los invitados, qué regalos se deben comprar o quiénes se encargarán del cuidado de los niños. 

  • Conflictos profundos en todas las familias y que brotan estos días por el mayor tiempo de los miembros para estar juntos. Estos problemas, vigentes durante el resto del año, no se manifiestan o se hacen conscientes en otros momentos. "Sin ir más lejos -explica Berástegui-, puede haber parejas que no sepan comunicarse ni llegar a acuerdos, pero como durante el resto del año la vida está más pautada y ordenada, no se dan cuenta de ello hasta que tienen que pasar más tiempo juntos para preparar los eventos navideños con la familia". 

    Sobre la soledad, es el peor enemigo de muchas personas que en estos días deberían olvidar los conflictos, se sentirían mejor y harían más felices a los demás.
    Integrarte en las fiestas te puede animar a cuidar más tu aspecto y los pequeños detalles o a preparar una cena con ilusión y sobre todo es un antídoto contra los pensamientos depresivos. 

    Para alejar esa tristeza, esfuérzate por desterrar cualquier pensamiento negativo que venga a tu cabeza. Para ello, cámbialo de inmediato por otro que evoque la alegría y trae a tu mente tus buenos recuerdos, tus proyectos y tus ilusiones. No es fácil, pero en tus manos está tomar las riendas de tus días.

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